JEX THOTH – Blood Moon Rise (2013)
Que
lo retro o lo vintage, como queráis llamarlo, está de moda es algo que
sabemos todos. Y que las modas en general suelen ser algo vacío y
carente de personalidad, también. Dentro del rock y el metal también hay
modas que rememoran momentos pasados gloriosos (y no tan gloriosos), y
si no sólo hay que fijarse en el revival del thrash metal de los ’80 o
centrándonos más en el caso que nos ocupa, en las bandas que practican
un rock oscuro y denso con temática ocultista fuertemente influenciado
por bandas de los ’70 y finales de los ’60.
Era difícil para mí hacer una reseña de Jex Thoth sin
expresar mi escepticismo en su propuesta, por aquello que decía de las
modas retro. Habiendo escuchado sus ep´s y sobre todo su primer larga
duración editado en 2008 por I Hate,
uno tiene la sensación de que lo que nos ofrecen no es más que el
resultado de otra banda que se sube al carro del occult rock con voz
femenina influenciado por Coven.
Con una producción excesivamente lo-fi o vintage o como lo queráis
llamar, mis primeras sensaciones eran negativas en cuanto a su sonido y
es que a veces con ese tipo de producciones, especialmente cuando están
desequilibradas (por ejemplo, la voz muy alta, batería muy escondida,
guitarras unas altas y otras muy bajas…), el oído tiene que trabajar más
para encontrar el equilibrio que la producción no tiene y eso hace que
la escucha llegue a ser cansina en sentido literal. Y no sólo encontraba
desequilibrio en la producción, sino también en la calidad de las
canciones, teniendo la sensación de que había demasiados temas de
relleno carentes de ideas y apenas un par de buenos temas.
Sin embargo, la banda liderada de manera indiscutible por Jessica Toth
(su nombre real) tiene algo mágico que acaba por engancharte a pesar de
los pesares. Su música, hipnótica como la de pocas bandas del género,
es ideal para escucharla bebiendo una copa de vino a la luz de las velas
antes de invocar a algún espíritu o para incluirla en alguna película
de brujería, tipo The Lords of Salem o algo así, llegando a atraparte de manera mágica y misteriosa como le pasaba a la protagonista de la película dirigida por Rob Zombie.
Con Blood Moon Rise (I Hate, 2013) llevan esa magia a un nivel superior. Alejados de la propuesta redonda e inmediata de los desaparecidos Devil’s Blood, lejos del folk un tanto hippie de Blood Ceremony y sin tener nada que ver con la clase y elegancia de Jess and the Ancient Ones,
los de Madison (Wisconsin) nos ofrecen un nuevo trabajo denso como la
niebla de un páramo aterrador o el humo de alguna sustancia
psicotrópica, a la par que suave y cálido como el terciopelo de la
túnica de una enigmática sacerdotisa. El primer corte del disco no hace
más que refrendar lo que digo, con un sonido chamánico más que evidente
para después pasar a uno de los temas más redondos que han hecho hasta
ahora y una de mis canciones favoritas en lo que va de año, The places you walk,
todo un hit de esos que enganchan como la mejor/peor de las drogas.
Tras escucharlos y pasar al tercer corte, uno de los más sabbathicos del
disco, nos damos cuenta de que la producción sigue teniendo ese aire
retro, pero sin embargo todo está mucho más equilibrado y nítido. No hay
que forzar el oído para escuchar arreglos de guitarra demasiado bajos y
la voz de Jex
sigue estando alta, aunque mucho más equilibrada que en sus anteriores
trabajos. Que la voz esté alta es lógico, ya que esta banda posee a una
de las mejores vocalistas del rock actual a la par que carismática, y
no sólo eso, sino que además es líder indiscutible del grupo y
compositora absoluta de este nuevo trabajo, Blood Moon Rise. Y eso se nota, ya que tras The Divide nos
quedamos maravillados ante los que probablemente son los dos cortes más
interesantes del álbum (con un interludio entre ambos). Into a Sleep y Keep your Weeds son dos temas tranquilos, aterciopelados, donde Jex
muestra otra faceta vocal, más sutil y controlada, en la que se
desenvuelve de maravilla. Todo un acierto bajar la potencia instrumental
y vocal y explorar nuevas opciones, siendo éste un terreno donde los
norteamericanos deberían indagar más en el futuro debido al potencial
exhibido en ambos cortes. Finalizando el disco nos encontramos con 3
cortes más,dos de ellos largos, Ehjä y Psyar,
donde los fantasmas del pasado aparecen porque a mi parecer las
canciones largas no son el fuerte de esta banda, ya que los músicos no
se muestran tan resueltos como su líder y vocalista, quizá debido a que
han sufrido gran cantidad de cambios de formación. De todas maneras
están mucho más conseguidos que los cortes largos de trabajos
anteriores.Jex Thoth han pulido su sonido y han mejorado notablemente en muchos aspectos, variando muy poco su propuesta y eso es algo a tener muy en cuenta, ya que ofrecer más de lo mismo, pero mejor, no siempre es fácil y aunque las influencias de Coven, Black Sabbath o incluso The Doors (unos The Doors oscuros lógicamente) siguen estando ahí, van poco a poco encontrándose a sí mismos merced al buen hacer de su genial vocalista.
El problema del enfoque ante la música de Jex Thoth, es precisamente verlo retro. Una cosa es usar una estética para expresar ideas de un grupo de hoy, y otra copiar la música de los 70. Lo último es retro. Yo tardé mucho tiempo en enterarme de qué iba realmente esta música, y hasta entonces, los discos anteriores me transmitían una sensación de logros pero en una línea muy de aficionado. Ya no tengo ese punto de vista. Disfruto de los discos anteriores como de un manantial de ideas frescas. No me molesta tampoco la baja fidelidad, y creo que es brutal grupo de directo, la gente sale encantada de las actuaciones.
ResponderEliminarLo de que las canciones largas cansan, creo que le pasa a la mayoría de los grupos. Es más decidora y transmite antes una canción corta. No me parece algo peculiar de Jex, y en cuanto a su último disco, un acierto, me parece, y psyar con sus 8 minutos, mortal, un solo de guitarra muy medido, lírico, y si te fijas, Jex hace un juego polífónico con la voz en varias partes, creo que también al final, muy interesante. Para mi, uno de los pocos grupos que pagaría por verlos en directo.